En el post anterior, escribí sobre la situación que acontece con los estudiantes al momento de tratar de comprender un texto y construir su modelo de situación de lo que leen. Mi postura fue que ellos sí realizan modelos de situación, pero éstos son «acotados», con «lo justo» (como diríamos en Chile). La necesidad de crear modelos de situación más ‘grandes’, incluyentes y contextuales sobre lo que se lee se hace imperativa. Y se dejó una pregunta para contestar en este post. ¿Cómo ayudo a mis alumnos a crear modelos de situación?
Para responder a esta pregunta daré algunas sugerencias que me han servido en el transcurso de mi experiencia enseñando a comprender en diferentes niveles de educación (enseñanza media y superior específicamente).
Mi primera sugerencia es algo que ya posteé anteriormente. Se trata de que los estudiantes aprendan a responder la siguiente pregunta:
¿Qué información está automáticamente disponible para mi a partir del texto, pero que no está en el texto?
Con esta pregunta enseñamos a los alumnos un poco a inferir información que no está en el texto, pero que el contexto nos puede brindar, y nuestro conocimiento previo del mismo también. Si quieren ahondar más en esto, les remito a ese posteo.
Como segunda sugerencia, les pediría a los docentes que no se conformen con las actividades que traen los libros. Hoy en día los libros de texto escolar traen actividades de pre-lectura y de activación de conocimientos previos, pero no son suficientes. Están más centrados en vocabulario o en palabras clave que en ayudar a activar el modelo de la situación de lo que trata el texto. Pasen más tiempo preguntando a sus alumnos si saben algo del tema, de los detalles, etc. Hagan lluvias de ideas con ellos para que los temas que van a salir en el texto los puedan manejar todos sus alumnos, y a partir de ellos, sus experiencias y conocimiento. Dense más tiempo para identificar a los estudiantes que vienen sin ningún dato sobre el tema, los que no saben o nunca han escuchado sobre ello, etc. Acerquemos el tema para que se puedan construir un buen modelo de situación del mismo.
Como tercera sugerencia, para los docentes también, les diría que alejen de sus mentes ese pensamiento de que los estudiantes «deberían saber esto». En realidad, NO, NO DEBERÍAN. No es obligación saber cómo es un avión. No es obligación haber escuchado del Quijote, no es obligación saber dónde queda una ciudad, capital, país, etc. Es al revés – la escuela o colegio es donde deberían aprender sobre ello, y así convertirse en un lugar de asombro y aprendizaje.
Por último, si como docente Ud. conoce el nivel de sus estudiantes, su contexto, etc. hay que prevenir malos entendidos y traer a la clase – antes de leer – todo lo necesario para que cuando lean el texto lo puedan comprender. Si Ud. sabe de antemano que van a tener problemas con algún vocablo o una idea, o alguna información contextual, entonces prepare una clase que cubra esa necesidad. Sea creativ@. Traiga videos, explique teorías, traiga las cosas reales, haga cosas con ellos para que las experimenten, las sientan, etc. que les ayuden a comprender lo que leerán. Pronto postearé un video que explicará más a fondo este punto, para ejemplificar lo que estoy diciendo.
En fin, activar un modelo de situación no es fácil, pero tampoco es difícil. Si conocemos a nuestros estudiantes, entonces podemos – más o menos fehacientemente – prevenir la falta de conocimiento y cubrir los temas que necesitarán para comprender mejor antes de leer el texto. Pregúntese si es necesario activar un modelo de situación o no, qué se necesita activar para ese modelo de situación específico, y luego pregúntese cuál sería la mejor forma de activarlo didácticamente. Le aseguro que ese tiempo «gastado» será muy provechoso para todos.